UN CURSO DE MILAGROS
(198) Sólo mi propia condenación me hace daño.
- Mi condenación nubla mi visión, y a través de mis ojos ciegos no puedo ver la visión de mi gloria.
- Mas hoy puedo contemplar esta gloria y regocijarme.
LO SIENTO, por las memorias de dolor que comparto contigo,
TE PIDO PERDÓN por unir mi camino al tuyo para sanar,
TE DOY LAS GRACIAS porque estás aquí para mí y
TE AMO por ser quien eres.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,