La ejecución en Tennessee de un hombre que violó y asesinó a una niña de siete años, hija de unos amigos suyos, revivió la controversia sobre el uso de la inyección letal en Estados Unidos. La Corte Suprema dio luz verde, pese a que la juez Sotomayor dijo que permitir una ejecución con dolor es "aceptar la barbarie". Y en casos separados, dos hombres recibieron hoy largas condenas por delitos similares: Crispin Suárez, a dos cadenas perpetuas por secuestrar y violar a una niña en Texas, y Ulises Omar De La Torre a 107 años de prisión por intento de violación y secuestro de al menos cinco mujeres en California. |