UN CURSO DE MILAGROS
Tengo un reino que gobernar.
Sin embargo, a veces no parece que yo sea su rey en absoluto.
Sino que parece imponerse sobre mi, y decirme cómo debo pensar y actuar y lo que debo sentir.
No obstante, se me ha dado para que sirva cualquier propósito que yo perciba en él.
La única función de mi mente es servir.
Hoy la pongo al servicio del Espíritu Santo para que Él la use como mejor le parezca.
De esta manera, soy yo quien dirige mi mente, que sólo yo puedo gobernar.
Y así la dejo en libertad para que haga la Voluntad de Dios.
Padre, mi mente está dispuesta hoy a recibir Tus Pensamientos y a no darle entrada a ningún pensamiento que no proceda de Ti. Yo gobierno mi mente, y te la ofrezco a Ti. Acepta mi regalo, pues es el que Tú me hiciste a mi.
LO SIENTO, por las memorias de dolor que comparto contigo,
TE PIDO PERDÓN por unir mi camino al tuyo para sanar,
TE DOY LAS GRACIAS porque estás aquí para mí y
TE AMO por ser quien eres.
AQUIETA TU MENTE Y AHI ENCONTRARAS A TU DIOS
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V