En 1990, Vilma Wong, una enfermera que trabajaba en el hospital para niños de Palo Alto, California, tuvo que atender el caso de un bebé prematuro, al que cuidó con especial cariño y cuyos cuidados le salvaron la vida. Casi tres décadas después, el destino los volvió unir de una forma muy particular.
El pequeño Brandon Seminatore nació a los 6 meses de gestación, y fue internado en la unidad de cuidado intensivos para recibir cuidados especiales. En ese entonces Wong, de 26 años, atendió al menor y brindó apoyo a su familia.
Veintiocho años después, aquel bebé se convirtió en pediatra y el destino lo llevó nuevamente al hospital que lo vio nacer, pero esta vez para ejercer su profesión.
Al equipo de trabajo de Wong se unió un médico llamado Brandon Seminatore, por lo que el apellido le resultó familiar a la enfermera y comenzó a hacer preguntas.
Él le contó que había nacido prematuro en ese mismo hospital 28 años atrás. Después de varias preguntas Brandon narró que su madre le había pedido que buscara a la enfermera Wilma Wong pues era quien lo había cuidado, pero él no indagó porque creyó que probablemente ella ya se había retirado.
Según el medio local The Mercury News, Wong es considerada una persona "legendaria" en la familia Seminatore por "el cariño y la ternura" con los que le atendió tras el nacimiento prematuro.
A través de la cuenta oficial de Facebook, el hospital Lucile Packard ha compartido la fotografía de cuando Vilma cuidaba de Brandon hace casi tres décadas y una actual, con los dos protagonistas de la historia siendo compañeros de trabajo.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,