Y le metió por los ojos
de aquel que fuera su amor,
la lujuria y los abrojos
queriendo apagar el sol.
Él parecía embrujado,
cegado cual caracol,
a tal punto que de hinojos
se arrastraba a otro amor.
Pero ella mantenía la fuerza
de su real y verdadero amor.
luchó como Leona herida
y al eclipse eclipsó.
El amor recobró su vista,
y volvió la luz del sol.
la sombra que entre los dos había,
el amor la disipó.
Pues no hay eclipse que opaque
cuando es verdadero amor,
ni nadie habrá que destruya
este amor entre tú y yo.
AUTOR: SUSY GONZALEZ G.
ECUADOR-USA, 09/07/17