EL AMOR DE DIOS ME RODEA
Padre estás delante y detrás de mi, a mi lado, allí donde me veo a mi mismo y dondequiera que Voy.
Estás en todo lo que contemplo, en los sonidos que oigo y en cada mano que busca la mía. En Ti el tiempo desaparece, y la idea del espacio se vuelve una creencia absurda. Pues lo que rodea a Tu Hijo y lo mantiene a salvo es el Amor Mismo. No hay otra fuente que ésa, y no hay nada que no comparta Su santidad, nada que se encuentre aparte de Tú única creación o que carezca del Amor que envuelve a todas las cosas dentro de Si.
Padre, Tu Hijo es como Tú. Hoy apelamos a Ti en Tu Propio Nombre, para estar en paz dentro de Tu eterno Amor.
Hermanos míos, uníos a mi en este propósito hoy. Ésta es la plegaria de la salvación. ¿No deberíamos acaso unirnos a lo que ha de salvar al mundo y a nosotros junto con él?