Ha necesitado 17 días para superar el duelo por la muerte de su cría, pero ya ha comenzado a tener un comportamiento normal. Tahlequah, la orca que se hizo mundialmente conocida por "llorar" por la muerte de su ballenato y cargar el cadáver, ya ha vuelto a comer y a interactuar con el resto de orcas de su grupo.
Este fin de semana, Ken Balcomb, director fundador del Centro de Investigación de Ballenas, dio la noticia: "Pasó por mi ventana hoy con otras ballenas y luce vigorosa y saludable. La terrible experiencia de verla llevar a la cría durante al menos 17 días y mil millas ha terminado, gracias a Dios".
Este mamífero, también conocido como J35, persiguió este fin de semana un banco de salmón en el Estrecho de Haro, al oeste de la isla de San Juan, cerca de Vancouver, Canadá.
Los científicos creen que la cría de Tahlequah murió precisamente por la falta de comida. El salmón Chinook es el principal sustento de este tipo de orcas, que está en peligro de extinción.
El ruido de los barcos confunde también a las orcas e interrumpe su comportamiento natural a la hora de buscar alimento.
Balcomb dijo que J35 probablemente haya perdido otros dos descendientes desde que dio a luz a un macho en 2010.
La preocupación central era que no estuviera nutriéndose adecuadamente, pero los investigadores aseguran que J35 no mostró signos de "cabeza de maní", una condición que apunta a la desnutrición en una orca, a medida que los huesos del cráneo comienzan a mostrarse.
"Ha estado comiendo", dijo Balcomb.
Al mismo tiempo, los investigadores de la zona han estado atendiendo a la orca J50, de la misma población, un animal de 4 años y medio que perdió el 20% de su masa corporal y está en riesgo de perder la base del cráneo.
Los biólogos han comenzado a alimentar a la orca, a la que le habían inyectado antibióticos el jueves pasado.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,