Dos viejitos estaban en el patio de su casa tomando mate y, de pronto, la viejita le pegó al viejito un sopapo fenomenal que lo tiró al piso, le hizo volar la gorra, los anteojos y el mate.
El viejito, arrastrándose, fue juntando cosa por cosa y, balbuceando, ensayó una pregunta:
-"Pero, vieja... ¿por qué hiciste esto?"
A eso, la viejita respondió:
-"¡Por 50 años de mal sexo!"
Después siguieron tomando mate como si nada; pero al rato el viejito, que se había quedado pensativo, le encajó un bofetón que la desparramó por el piso y le hizo caer el mate, la pava y la yerbera, perder los anteojos y salir la dentadura...
Mientras iba recogiendo todo, la vieja preguntó:
-"Y ahora, vos ¿por qué me pegas?..."
Y el viejito, sin mirarla, le contestó:
-"¿Dónde aprendiste la diferencia ?"
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,