HOY MI SANTIDAD BRILLA CLARA Y RADIANTE
Hoy me despierto lleno de júbilo, sabiendo que sólo han de acontecerme cosas buenas procedentes de Dios.
Eso es todo lo que pido, y sé que mi ruego recibirá respuesta debido a los pensamientos a los que va dirigido.
Y en el instante en que acepte mi santidad, lo único que pediré serán cosas dichosas. Pues, ¿qué utilidad tendría el dolor para mi, para qué iba a querer el sufrimiento, y de qué me servirían el pesar y la pérdida si la demencia se alejara hoy de mi y en su lugar aceptara mi santidad?
Padre, mi santidad es la Tuya. Permítaseme regocijarme en ella y recobrar la cordura mediante el perdón. Tu Hijo sigue siendo tal como Tú lo creaste. Mi santidad es parte de mi y también de Ti. Pues, ¿qué podría alterar a la Santidad Misma?
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V