No nací para inspirar al dramaturgo
pues en mis pasos no hay transigencia
no vine a ser una más en éste mundo
sino a ser alguien que marque la diferencia.
No nací para éste lúgubre sistema
en el cuál nunca he encajado
ni para oir esas trémulas ideas
que circulan en éste mundo descorazonado.
No nací para alimentar el artificio
de éste mundo entumecido por la maldad
en dónde el amor pasó a ser algo ficticio
y cada uno busca su propia felicidad.
No nací para complacer a un mundo que se ciega
que en nada avala mi forma de pensar
donde los valores lentamente se anegan
y el egoísmo está por encima de la bondad.
Prefiero correr sola por la playa
con el recóndito sueño que en mi alma abruma
sumergirme en la ola que me abraza
y soñar serena a la orilla con la espuma.
Creer que aún existe el poeta enamorado
que no se ha convertido en algo inmemorial
que aún lucha por el amor abnegado
y que aunque parezca una insania lo habré de encontrar...