Y llegaste tú…
Cuando ya había perdido toda esperanza
Cuando la soledad invadía mi existir,
Apareciste con tu cálida mirada
Y esa sonrisa ¡Qué me enamoré de ti!
Llenaste mí alma vacía con tu alegría
Le diste rumbo y sentido
A mis anhelos que creí en el olvido.
No imaginaba a nadie cruzando por mi camino
Y hoy al cielo le pido no me dejes de querer,
Un cariño como el tuyo
Vale la pena vivir
Y seguro estoy que siempre te amaré
¡Y siempre tuyo seré!
Marco T. Valdez.