ar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia. Si no quiere enfermar… Tome decisiones:
La persona indecisa permanece en duda, en ansiedad, en la angustia. La
indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La
historia humana está hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber
renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y dolencias en la piel. Si no quiere enfermar… Busque soluciones: Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad. Si no quiere enfermar… No viva de apariencias:
Quien esconde la realidad, finge, hace poses, quiere siempre dar la
impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón…, está
acumulando toneladas de peso… Una estatua de bronce con pies de barro.
Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son
personas con “mucho barniz y poca raíz”. Su destino es la farmacia, el
hospital, el dolor. Si no quiere enfermar… Acéptese: El
rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos
ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida
saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia. Si no quiere enfermar… Confíe:
Quien no confía no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea
relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios. Si no quiere enfermar… No viva siempre triste: El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia. —
JUANITA
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