Te fuiste lentamente una mañana;
henchido de dolor no comprendía
¿por qué?, sufrir esta cruel agonía
liberada, tu traza fue liviana
Dios ansiaba llevarte, flor temprana
fue una encrucijada, éter de lamento
jubón púrpura me lleva el tormento,
quiero guardar tu rostro en mi memoria
y añorar estar junto a ti en la gloria,
ángel guardián súbeme con el viento
Alabastro misterioso de penas;
nimbo de armonías en la ironía,
hoy comprendo esta triste felonía
que arremete en contra de mis gehenas
cubiertas por tus bondades serenas,
en un símil de arroyo cristalino
sabiendo que en el fin de mi camino
estarás ataviada con guirnaldas;
refulgiendo en cielo como esmeralda,
que alumbra desde ahora mi destino
Nelson