Con El Velo En La Noche
Cuando cubres mi espalda con el
velo de la noche y cruzas en silencio el
húmedo paisaje de mi cuerpo,
el ala errante del viento se quiebra
en nuestro sueño.
La luna cae sobre el mar, llena de
silencios.
La tarde se vuelve tempestad, agua
despeñada de lo alto, voz de lluvia.
La rosa amarilla se abre al aire frío,
susurran los árboles y tú bebes el
secreto que vibra entre mis labios.
Cuando cubres mi espalda con el velo
de la noche, una amapola se quema
entre tus dedos.
El amor abre sus alas a un canto de
estrofas y se vuelve un río pensativo,
una larga voz que moja las campanillas
y los cardos.
Cuando cubres mi espalda con el velo
de la noche, en los aleros canta
un pájaro salvaje.