Felicidades a aquel niño que por sentirle muy cerca
y por tener su cariño imaginó que su abuelo
era un capitán marino, que cogidos de la mano
le compraba un rico helado, y le escuchaba extasiado
contándole mil historias de la mar y del cantar de las olas,
y los dos desde una roca contemplando el gran velero
le robaba sus miradas como un pirata de sueños.
Abuelo decía en silencio el niño sin entender el motivo,
vale que no seas marino y que no tengas un barco bonito,
ni me compres un helado, ni te quedes a mi lado
si yo tan solo quería estar mi tiempo contigo
que me hablaras de la mar o de un barco de madera,
pero di una cosa ¿por qué me quitas la jirafa
y se la das a mi hermana? ¿es por su lazo rosa?.
El tiempo pasaba, el niño crecía y por aquella jirafa
o quizás por aquel lazo… un día él se busco un gato rosa
una tortuga coqueta y un paraguas al que hablaba,
y es que la imaginación volaba más alto que su cometa,
y con su caballo Pinto fue el más feliz de los niños
en aquel patio tan blanco lleno de tiernas miradas,
tan cerquita de la mar con su carita morena…
Hay alma de aquel niño en un caminante de mil caminos
de huellas y de latidos hasta llegar al olvido…
quiero que la vida te sonría allá donde tus pasos te lleven,
Felicidades donde quiera que la primavera para ti se asome.
Ojala pudiera la brisa decirme si está tan azul la mar
como en éste seis de abril el cielo está de Castilla
paseando entre pinares un corazón suspirando va...