Seguramente has sentido este Estado de Flujo en algunas ocasiones.
Imagina por un momento que te encuentras libre de preocupaciones, sin pensamientos, totalmente enfocado en lo que estás haciendo.
Con tal claridad que lo que estás haciendo te resulta fácil, el tiempo no existe y absolutamente nada te distrae.
Todo lo que haces se enlaza sin detenerse como si una fuerza invisible lo hiciera por ti.
Tal como le sucedió a Romina, quien no sólo estaba estresada, tensa y al borde de la desesperación.
El trabajo se le había acumulado de tal forma que sólo veía a sus compañeros de trabajo salir, pero ella tenía que quedarse hasta tarde para terminar al menos la mitad de sus pendientes.
Tenía deudas y pagos acumulados, y hasta sus amigos en los que confiaba le hablaban para cobrarle el dinero que le habían prestado.
Estaba en una situación difícil y a punto de devolver las cosas que había adquirido.
Cada vez veía más lejano el ansiado ascenso por el que había trabajado.