Y se centra en una pregunta más profunda, “cómo se ha llegado a un estado en el que uno defiende o ha defendido una imagen de la Iglesia olvidando el contenido principal, es decir, el mensaje fundamental de que Jesucristo es pobre, obediente, casto, que ha dado su vida, que se ha dado a sí mismo hasta ser crucificado… Y que no se defiende a ella ni a su institución, cuando especialmente ha contribuido a las heridas de personas que fueron confiadas por sus familias a la Iglesia misma”.
El P. Zollner aseguró que la sociedad afronta este tipo de problemas cuando “está preparada para hablar del tema. En Alemania llegó este momento hace 10 años y no hace 30 como en Canadá o Estados Unidos”.
“Hay un desarrollo de la opinión pública y en la disponibilidad de hablar de este tema que está relacionado con la capacidad de hablar de sexualidad y malas conductas en la vida sexualidad. Tiene que haber una libertad de hablar de esto y disponibilidad de los medios de comunicación de divulgar las noticias. Además de la voluntad de las víctimas de abusos de presentarse no sólo a la policía y a las autoridades eclesiales sino también para hablar en público, y eso hace 10 años en Alemania no hubo o hubo muy pocos casos de personas abusadas y que hablaron públicamente de ello”, precisó.
Según explicó, la percepción de la sociedad ha cambiado “porque las razones de malas conductas de sacerdotes que han cometido abusos sexuales a menores de edad es una cuestión profunda y compleja”.
“No son todos los religiosos o sacerdotes los que han abusado o abusan, pero la percepción pública es que hay una responsabilidad mayor cuando se habla de un sacerdote porque proclamamos una teología moral y proclamamos el Evangelio, diciendo que queremos vivir con consistencia nuestra vida en la caridad con las personas”, afirmó.
En ese sentido, explicó que hay algunos indicadores pueden ayudar a detectar pedófilos que se sienten atraídos exclusivamente por menores de edad o adolescentes.
“Son personas que tienen dificultades para relacionarse con personas de la misma edad o muy inestables emocionalmente, pero estos probablemente son responsables del 10% de los casos de abusos en la Iglesia Católica, es decir, de un porcentaje menor. El 90% de abusos sexuales, al menos en muchos países de los que tenemos estadísticas, fueron abusos de adolescentes y en ese sentido no es una patología que uno puede reconocer con medidas psicológicas, sino que entran dinámicas psicodinámicas de desánimo, depresión, miedo y aislamiento y eso se produce sobre todo a lo largo de los años de la vida sacerdotal, especialmente si no tienes una vida espiritual verdaderamente fructuosa”, aseguró.
Celibato
En relación con las razones que llevan a cometer abusos sexuales, el P. Zollner precisó que según las estadísticas “un sacerdote abusador comete el primer abuso a los 39 años de media, por lo que “el celibato en sí no es la causa, porque ya lo lleva viviendo unos 15 o 20 años” antes de cometer el primer abuso.
Asimismo, subrayó que “más del 90% de los abusos sexuales los cometen quienes no viven el celibato, es decir, en las familias, en las asociaciones de deporte y quienes no han prometido vivir el celibato. Además el 95 o 96% de los sacerdotes de países en los que se ha dado esta situación, han vivido una vida contundente en la que no han abusado de menores”.
Según explicó, comenzar a los 39 años de media para cometer estos delitos “nos dice algo sobre la vida del sacerdote, la vida pastoral, los contactos sociales, amistades y las satisfacción de la persona, en el sentido de estar
contento con lo que hace y comprometido con la vida célibe y las relaciones apropiadas”.
Por eso, para evitar que se den nuevos casos, el P. Zollner insistió en que es fundamental “la formación inicial y permanente del clero y de religiosos y religiosas, y la vía con la que uno puede vivir sus emociones, deseos y sexualidad de una manera suficientemente integrada y madura”.
También destacó que “en todos los informes científicos y de gobiernos de todo el mundo se repite una frase y es que ‘el celibato no produce un comportamiento de abuso y violación sexual especialmente en menores’. En todos los informes científicos se subraya este hecho”, aunque sí dijo que el celibato “puede ser un factor de riesgo cuando no se vive de manera integrada o aceptada”.
Por eso explicó que después de la “primavera sacerdotal, es decir, los primeros años en el sacerdocio, uno puede sentirse aislado, le pueden faltar amistades buenas, faltar contacto con el obispo y tener un sobrecargo de trabajo”.
“Lo que puede ser un factor de riesgo cuando un sacerdote busca una vía de salida a su insatisfacción con una satisfacción mayor que puede ser el dinero, una vida confortable o la interacción sexual con un menor”, “por eso es tan importante invertir en la formación permanente, como en la formación inicial”.
Abuso homosexual
El experto señaló que “se repite y se confirma que el celibato en sí no lleva a un comportamiento de abuso, esto está claro, pero hay riesgo cuando no es vivido en manera integrada y satisfactoria”.
También explicó que de igual manera que el celibato no está ligado con la comisión de abusos sexuales, “la tendencia homosexual tampoco lleva a abusar de un menor. La homosexualidad no es la causa”.
“Pero la cuestión homosexual es muy importante para considerar el porqué de los números que tenemos en el abuso homosexual de menores, sobre todo de sacerdotes con menores de edad, adolescentes, varones, es mucho mayor que
en la sociedad en general, pero sobre todo en los casos de los años 70, 80, 90”.
Sobre esto el P. Zollner explicó que hay que tener en cuenta que durante esos años “no había monaguillos femeninas, no hubo escuelas dirigidas por sacerdotes, religiosos varones para chicas y no hubo menos ocasiones para abusar de una niña o adolescentes porque no hubo ocasiones, porque no hubo contacto normal con las chicas. Y las personas alrededor sospechaban más contra un sacerdote que iba con una chica o adolescente femenina, que si iba con chicos y varones adolescentes”.
También aseguró que en su experiencia psicoterapéutica encontró sacerdotes que habían abusado de manera homosexual, “pero que no se consideraban homosexuales en el sentido estricto de la palabra, es decir, que no se sentían atraídos por personas exclusivamente del mismo sexo”.
Formación y acompañamiento
“Creo que muchos de ellos hubieran podido vivir una vida más dedicada si en la formación sacerdotal hubiese una mayor atención focalizada en la integración
de la sexualidad y la madurez de la sexualidad en general, porque hubo sacerdotes que se veían y sentían homosexuales y que después de meses y descubrimiento de las dinámicas interiores, se veían no tan homosexuales, en el sentido de que no sentían esta atracción tan fuerte como antes. Porque en la relación familiar, en la manera con la que descubrieron su sexualidad como adolescentes, fueron muy limitados en su expresión, en el encuentro con el otro sexo y por eso tenían un miedo exagerado frente a las mujeres”.
Ante este grave problema que afronta la sociedad, el P. Zollner animó a que la Iglesia lidere la erradicación de los abusos sexuales y recordó que se trata de “un tiempo de purificación” dentro de la Iglesia Católica, “una llamada a la conversión” y pidió que la Iglesia no solo prevenga este problema, sino que lidere “el cambio” para erradicar esta lacra de la sociedad.
Etiquetas: celibato, Celibato sacerdotal, prevención de abusos sexuales, víctimas de abusos, P. Hans Zollner
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