El estudio fue realizado por el Dr. Andras Zlinsky y su equipo de expertos en biociencia de la Universidad de Aarhus en Dinamarca. Los resultados fueron publicados por New Scientist y confirmaron que tanto los humanos como los árboles viven al ritmo de un “latido”. Este pulso es tan lento que no es posible escucharlo excepto a través de equipos tecnológicos específicos.

Puede que le interese que China esté abriendo una nueva carretera panorámica, no se ha talado ni un solo árbol para su construcción.