El ocaso de mi vida ya se acerca
y mis manos vacías aún están,
dame tiempo Jesús a que yo pueda
hacer algo aquí por los demás.
Ayúdame Jesús a que te ayude
quisiera muchas almas conquistar.
Que gocen de tu amor y tu ternura
y se postren a tus pies ante el altar.
Que al mirarte Jesús sientan consuelo
de las penas que la vida diaria da.
Dale Jesús tu luz y tu consuelo
y sus penas mejor soportarán.
Ayúdame Jesús a que te ayude
ayúdame a que pueda yo ayudar.
A salvar muchas almas en tu nombre
y mis manos vacías no estarán.
Autora: Elia Pickett Manríquez