Se nos fue la primavera
en cabalgatas de ensueños,
en contemplarnos los ojos
y en entrelazarnos los dedos.
Se nos fue luego el verano
en un delirio de besos...
en un apuro de goces...
en un dolor de querernos.
Se nos va yendo el otoño
en un subir de silencios...
en una espera innombrada
y un agrupar de recuerdos.
Pienso en la tarde que baja...
en las arrugas del tiempo,
en las sombras que se extienden
mientras se apaga el incendio...
Y el corazón me pregunta
desde su rama de miedo:
¿Qué será de nosotros mañana,
cuando se nos escape el invierno?