IRA
A veces el sentimiento más fuerte que experimenta una persona en el momento de la muerte de un ser querido es la ira.
¿Puede ser?
¿Puede alguien que está lleno de pena y de angustia también estar airado?
¿Puede alguien que ha aprendido a confiar en el Señor estar enojado?
A veces sí. Enojado con Dios por haberse llevado a un ser querido de tu lado.
Airado con los doctores por no haber mantenido al amado con vida.
Harto de los demás que hablan con ligereza sobre el Consuelo cuando nunca han pasado por tal pena ellos mismos.
Airado contigo mismo por no haber demostrado más amor cuando pudiste hacerlo.
¡Deja tu enojo!
Rinde tu ira ante el Señor.
Pídele que quite la amargura de tu corazón.
Ruégale que llene tu corazón de paz.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,


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