CAMPOS DE FRESAS
Alargo el brazo en el preciso momento
en que sobrevenía el silencio
entre el primer y el segundo zumbido,
y tropezó con el vaso de agua
depositado sobre la mesita de noche.
lo derribó.
A su lado, su mujer también se agitó
por el brusco despertar.
Fue ella la que encendió la lámpara
de su propia mesita.
Autor: Jordi Sierra I Fabra
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
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