EL JUEGO DE BERLIN
Len Deighton
A través de una puerta abierta pude ver una
cocina bien equipada.
En la casa arriba, un orden intachable.
Ningún desperfecto en la pintura,
ningún rasguño en las paredes,
ninguna marca en la moqueta.
Todo se hallaba en las impecables
condiciones que rodean a las
personas ricas, cuidadosas y
sin hijos.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
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