Las tres Marías en el Sepulcro / Imagen:
Pintura de Peter von Cornelius (1783–1867)
Hoy primer lunes de Pascua, la
Iglesia celebra el llamado “Lunes del Ángel”, llamado así porque fue
precisamente un ángel en el sepulcro, el que anunció a las mujeres que el Señor
Jesús había resucitado.
San Juan Pablo II hizo una explicación de este día en
1994.
“¿Por qué se le llama así?”, se le preguntó al Pontífice,
poniendo en evidencia la necesidad de destacar la figura de aquel ángel, que
dijo desde lo más profundo del sepulcro: “Ha resucitado”.
Estas palabras “eran muy difíciles de pronunciar, de expresar,
para una persona. También, las mujeres que fueron al sepulcro lo encontraron
vacío, pero no pudieron decir "ha resucitado"; solo afirmaron que el sepulcro
estaba vacío. El ángel dice más: "no está aquí, ha resucitado”.
Así lo narra el Evangelio según San Mateo: "El ángel tomó la
palabra y les dijo a las mujeres: 'Vosotras no tengáis miedo; ya sé que buscáis
a Jesús, el crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como había dicho.
Venid a ver el sitio donde estaba puesto. Marchad enseguida y decid a sus
discípulos que ha resucitado de entre los muertos; irá delante de vosotros a
Galilea: allí le veréis. Mirad que os lo he dicho'". (Mt 28, 5-7)
Los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Como criaturas
puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales
e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles.
El resplandor de su gloria da testimonio de ello: Cristo es el
centro del mundo de los ángeles y estos le pertenecen, más aún, porque los hizo
mensajeros de su designio de salvación.
Desde hoy, hasta el final de la Pascua en Pentecostés, se recita
la oración del Regina Coeli en vez del Ángelus.
En 2009, el Papa Emérito Benedicto XVI señaló que el “alégrate”
María pronunciado por el ángel resuena en una invitación a la alegría:
“Gaude et laetare, Virgo Maria, alleluia, quia surrexit Dominus vere,
alleluia”, es decir “Alégrate y regocíjate, Virgen María, aleluya, porque
verdaderamente el Señor ha resucitado, aleluya”.
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