TROZOS
GRAVEDAD
Tess Gerritsen
La mandíbula de Emma se contrajo cuando sonó otro
timbre. Se había apagado una unidad auxiliar de
energía. Entonces se oyó otra alarma, y su vista voló
hacia las consolas, envuelta en pánico. Una multitud
de luces ambar de advertencia estaba brillando. De las
pantallas habían desaparecido todos los datos.
OJOS DE PERRO AZUL
Gabriel García Márquez
La vi ahí, como había estado todas las noches, parada junto al velador, mirándome. Durante breves minutos
estuvimos haciendo nada mas que eso: Mirarnos. Yo
mirándola desde el asiento haciendo equilibrio en una
de sus p;atas posteriores. Ella de pie, con una mano
larga y quieta sobre el velador mirándome.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,