TROZOS
EL ABISMO
Jean Christophe Rufin
Desde la parte alta de la casa llegó un gruñido. Lanzó sobre el respaldo de
una silla el jubón que todavía llevaba en la mano y subió a reunirse con su amigo. En el piso de arriba había una
terraza de cierta amplitud que daba a un patio cerrado.
Las demás ventanas estaban con las persianas echadas.
EL PADRINO
Mario Puzo
Michael se había sentado en la mesa más apartada del
jardín, como si quisiera dar a entender su voluntaria
separación de la familia. A su lado estaba la muchacha
de la que todos habían oído hablar, pero a quien nadie
hasta entonces, había visto. Michael la había presentado
a los invitados y a su familia.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V