Hoy vamos a ver una expresión bastante utilizada que hace referencia al divino al igual que otras expresiones ya vistas.
Pues bien, dejar algo a la buena de Dios es descuidar algo, despreocuparse por algo, dejarlo “a la deriva” como un barco sin timón ni capitán en el mar. Se dice que se deja a la buena de Dios porque como nadie atiende a lo dejado, sólo queda Dios (ser omnipresente) para que lo ayude. Como a Dios se le supone que va a aplicar su buena voluntad para que lo abandonado consiga un buen término, se dice lo de “a la buena”, siendo una forma abreviada de decir “a la buena voluntad”.
¡Y ahora… sí! los ejemplos (bueno, yo creo que con uno hoy será suficiente): Pedro dejó a su aprendiz a la buena de Dios: ni se preocupa por él, ni le enseña el oficio… (con esta frase queremos decir que Pedro desatendió totalmente a su aprendiz, dejando el futuro de éste al aire, sin ninguna seguridad, sino a lo que quiera el destino).
¿Captado? ¡Espero que sí! Y que nunca me puedan decir que dejo a los Erasmus a la buena de Dios…
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