DOS TROZOS
LA NUEVA ATLANTIDA
Francis Bacon
El rey de esta isla, que era un hombre sabio y gran
guerrero, conociendo bien su propia fuerza y la de
sus enemigos maniobró de forma que, con fuerzas inferiores, separó a las tropas de desembarco
de sus navios, apoderándose de estos y del
campamento y obligádoles a rendirse sin necesidad
de combatir.
SOMBRA DEL PARAISO
Vicente Aleixandre
¿Quién dijo acaso que la mar suspira, lab io de amor
hacia las playas, triste? Dejad que envuelta por la
luz campee. ¡Gloria en la altura, y en la mar el oro!
¡Ah soberana luz que envuelve, canta la inmarcesible
edad del mar gozante! Allá, reverberando sin tiempo,
el mar existe. ¡Un corazón de Dios sin muerte late!
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,