La Lección Inolvidable
Hilda, niña abastada, diariamente dirigía malas palabras a la pequeña
vendedora de dulces que le batía humildemente a la puerta de la casa.
- Que vergüenza de bandeja! De esquina la esquina!
Te va de aquí! gritaba, sin razón.
La modesta niña se ponía pálida y trêmula.
Entrementes, la dueña de la casa, intentando educar la hija,
viña al encuentro de la pequeña humillada y decía bondadosa:
- Que dulces tan perfectos!
Quién los hizo así tan lindos?
- mocinha, reanimada, respondía, contento:
- Fue la mamá.
La generosa señora compraba siempre alguna cosa y,
enseguida, recomendaba a la hija: Hilda, no juguetees con el destino.
Nunca expulses el necesitado que nos busca.
Quien sabe lo que sucederá mañana?
Aquellos que socorremos serán probablemente nuestros benefactores.
La niña refunfuñaba y, a la noche, a la cena, el padre secundaba
los consejos maternos, añadiendo:
- No mofes de nadie, mi hija!
El trabajo, por más humilde, es siempre
respetable y edificante.
Por descontado, dolorosas necesidades impelerán un niño a vender dulces,
de puerta en puerta.
Hilda, pero, el día siguiente, fustigaba la vendedora, exclamando:
- Fuera de aquí! Bruja! Bruja! ...
La madre devotada acogía la pequeña descalza y repetía a la hija las
advertencias cariñosas de la víspera.
Corrió el tiempo y, después de cuatro años,
el cuadro de la vida se hube modificado.
El paizinho de Hilda enfermó y debalde los médicos buscaron salvarlo.
Murió en una tarde tranquila, dejando el hogar vacío.
La viuda se recogió al lecho extremadamente desmejorada y,
con los gastos enormes, en breve la pobreza y el desconforto
le invadieron la residencia.
La pobre señora apenas podía moverse.
Privaciones llegaron en bando.
La niña, anteriormente abastada, no podía ahora comprar ni aún
un par de zapatos.
Afligida por resolver la angustiosa situación, cierta noche Hilda lloró
muchísimo, acordándose del papá.
Durmió, lacrimosa y soñó que él venía del Cielo confortarla.
Lo oyó decir, perfectamente:
- No desanimes, mi hija! Va a trabajar! Vende dulces para auxiliar la mamá! ...
Se Despertó, el día inmediato, con el propósito firme de seguir el consejo.
Ayudó la mãezinha enferma a hacer muchos quadradinhos
de dulce-de-leche y, inmediatamente después de, salió a venderlos.
Algunas personas generosas los compraban con evidente objetivo
de auxiliarla, sin embargo, otras criaturas, principalmente niños perversos,
le gritaban a los oídos: - Sale de aquí! Bruja de bandeja! ...
Se sentía triste y desalentada, cuando batió a la puerta de una casa modesta.
Graciosa joven atendió.
Ah! Que sorpresa!
Era la niña pobre que solía vender cocadas noutro tiempo.
Estaba crescidinha, bien vestida y bonita.
Hilda esperó que ella maltratara por venganza, pero la joven humilde
fitou en ella los grandes ojos, la reconoció, le comprendió la
nueva situación y exclamó, contenta:
- Que dulces tan perfectos!
Quién los hizo así tan lindos?
La interpelada se acordó las enseñanzas maternas de años
pasados e informó:
- Fue la mamá.
La ex-vendedora compró cuántos quadradinhos restaban en la bandeja
y la abrazó con sincera amistad.
De ese día en delante, la niña presumida se transformó para siempre.
La experiencia le hube dado inolvidable lección.
Neio Lúcio
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Libro La Vida Habla
Espirito Neio Lúcio,
psicografia Francisco Cndido Xavier
"La Lección Inolvidable"
retrata una situación en que la ley de causay efecto se
presenta para enseñar a la niña la necesidad de la humildad,
del respeto al prójimo y de la bondad para con todos.
Esta historia engloba preciosas lecciones de comportamiento
humano,estimulando los cambios y mostrando los beneficios de
actitudes devalorización de la vida, respeto a los semejantes y
trabajo en el bien.
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