Poema A Un Naranjo y a Un Limonero
de Antonio Machado
Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte!
Medrosas tiritan tus
hojas menguadas.
Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte
con tus
naranjitas secas y arrugadas!.
Pobre limonero de fruto amarillo
cual
pomo pulido de pálida cera,
¡qué pena mirarte, mísero arbolillo
criado en
mezquino tonel de madera!
De los claros bosques de la
Andalucía,
¿quién os trajo a esta castellana tierra
que barren los vientos
de la adusta sierra,
hijos de los campos de la tierra mía?
¡Gloria de
los huertos, árbol limonero,
que enciendes los frutos de pálido oro,
y
alumbras del negro cipresal austero
las quietas plegarias erguidas en
coro;
y fresco naranjo del patio querido,
del campo risueño y el
huerto soñado,
siempre en mi recuerdo maduro o florido
de frondas y aromas
y frutos cargado!