Después que el Papa Gregorio I exigió que los cultos, lecturas, oraciones y música fueran codificados, todos los cantos y/o himnos fueron coleccionados y llamados cantos gregorianos en honor a él. Gracias a esta iniciativa la historia de la música tuvo pruebas tangibles y perdurables de su existencia y evolución en tiempos tan remotos.
Los cantos gregorianos no son ni fueron compuestos como música de concierto. Estos cantos fueron parte activa de la misa, la ceremonia central de la Iglesia Católica Romana.
La misa contiene varias secciones. Las partes que cambian según el día del calendario eclesiástico son llamadas "apropiadas". Las partes que se repiten en cada misa son llamadas "ordinarias". La mayoría de las composiciones del Medioevo fueron hehas para musicalizar las porciones ordinarias de la misa.
Por lo tanto, resulta importante, desde el punto de vista musical, conocer cuales son las secciones ordinarias o rutinarias.
Los segmentos rutinarios de la misa son Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei. El Kyrie dice: "Señor ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros". el Gloria dice: "Gloria en las alturas y en la Tierra paz a los que creemos", el Credo comienza con "Creo en un sólo Dios...", el Santo inicia: "Santo, Santo, Santo es el Señor..." y Agnus Dei recita: "Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo ten piedad de nosotros y danos la paz".
Varios compositores de la Edad Media y de los períodos subsiguientes escribieron música para las diferentes secciones ordinarias de la misa. Considerables de estos documentos aún existen en museos y bibliotecas de Europa.
En nuestra próxima entrega hablaremos de otras contribuciones del Período Oscuro a la música. Mientras tanto mis amigos no se olviden, escuchen música para que cultiven su alma.
Autor: Glenn Garrido, de Venezuela. Profesor de música y director de banda y ensambles sinfónicos de la Universidad Estatal de Fort Valley, Georgia (2004)
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MACHI V