El Papa Francisco afirmó, ante profesionales de la salud, que “la persona enferma siempre es mucho más que el protocolo”.
En una audiencia que concedió este viernes 11 de septiembre en el Aula Pablo VI del Vaticano a los participantes en el congreso mundial de Ginecología Oncológica, el Santo Padre señaló que “cuando el enfermo ve reconocida su singularidad crece aún más la confianza en el equipo médico y en un horizonte positivo”.
En su discurso, el Santo Padre mostró su deseo de que esa realidad “no sólo permanezca como la expresión de un ideal, sino que encuentre cada vez más espacio y reconocimiento dentro de los sistemas sanitarios”.
“A menudo se afirma, con razón, que la relación y el encuentro con el personal sanitario, forman parte de la curación. ¡Qué gran beneficio ofrece a los enfermos tener la oportunidad de abrir sus corazones libremente y hablar de su condición y situación! También la posibilidad de llorar con confianza: esto abre horizontes y contribuye a la curación. O, por lo menos, a llevar bien la enfermedad terminal”.
En ese sentido, lamentó el riesgo “de dejar la dimensión humana del cuidado de las personas enfermas a la ‘buena voluntad’ del médico individual, en lugar de considerarla, como es, una parte integral de la actividad de las curas ofrecidas por las estructuras sanitarias”.
Por ello, pidió que la economía no entre en el mundo de la sanidad “de forma tan contundente como para penalizar aspectos esenciales como la relación con los enfermos”.
Además, elogió “las diversas asociaciones sin fines de lucro que colocan a los pacientes en el centro, respaldando sus necesidades y sus preguntas legítimas y dando también voz a quienes, debido a la fragilidad de su condición personal, económica y social, no pueden hacerse oír”.
Insistió en que “hay que dar el primer lugar a las personas, en este caso a las mujeres enfermas, pero también, no lo olvidemos, al personal que trabaja en estrecha colaboración con ellas a diario, para que pueda trabajar en condiciones adecuadas. También para que pueda tomarse el tiempo de descanso para recobrar las fuerzas y poder seguir adelante”.
Por último, animó a los participantes en el Congreso a difundir en todo el mundo “los valiosos resultados de vuestros estudios e investigaciones, en favor de las mujeres a las que prestáis atención”.
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