Mirándome al espejo, le pregunté un día
¿porqué mi vida de aprensiones llena,
prisionera de mis pensamientos,
sin saber a donde llegan,
y sin saber lo terrible que acecha?.
Visible es la iluminada tierra,
con esa luna de claridad eterna
le pregunto ¿porqué el placer no me llega
y la juventud parece que se entierra?.
Me siento joven y con una virtud
que me ahoga, de miedos, de penas,
de pasiones que me aterran.
Mi sangre fría ahuyenta
lo que en mis sentidos parpadea,
esquivando los males, ansiando amores.,
Se hace corto el tiempo
para llegar abrazar a mi gran caballero,
cuan buen galán afortunado,
por tenerme entre sus brazos.
Falar con él, bien quise entre muchas flores,
tener inolvidables recuerdos con sentimientos,
que trazados entre mis sentidos ,
voy recreando en el olvido.
Gravo con mil ternuras mis escritos,
que en mi mente tengo, banales, ardientes,
con profundo sufrimiento.
Dejo que mi vida triste quede en el recuerdo,
de mi paso por la infancia,
¡lloro a la postre de sus pies mi martirio,
mientras que en mi gran delirio,
parece que me lleve al infinito cielo.
Ah horrible horror de esta existencia
en la pena mayor que estoy sintiendo
mas el dolor de no poder verte
juro que por esto estoy viviendo,
sin temor a la muerte.
Porque fuiste tú mi consuelo
y te arropaste en mis dolores,
por eso sé que echarás,
sobre mi tumba flores.
Tengo en mí tanta fe,
como la existencia del mismo cielo.
Y TE DIGO:
Que fuiste el ser que más he amado
y te digo adiós querido,
y luchando por lo que he vivido,
cierro los ojos, con amor renovado.