5. Acepta pequeñas irritaciones con buen humor.
6. No te detengas en las faltas de los demás.
7. Acepta censuras incluso si no son merecidas.
8. Ceder a la voluntad de los demás.
9. Acepta insultos y heridas.
10. Acepta el desprecio, ser olvidado y desatendido.
11. Se cortés y delicado incluso cuando seas provocado por alguien.
12. No busques ser admirado y amado.
13. No te protejas detrás de tu propia dignidad.
14. Cede, en discusiones, incluso cuando tengas razón.
15. Elige siempre la tarea más difícil.
Asimismo, en 2016, durante una homilía dominical, el pastor asociado en la Catedral del Espíritu Santo en Bismarck (Estados Unidos) identificó tres mitos sobre la humildad, que a veces es mal entendida como sinónimo de autodesprecio:
Primer mito: Las almas humildes carecen de confianza
“Las personas más humildes son algunas de las más seguras y, a veces, algunas de las personas más orgullosas son las más inseguras", dijo.
“Las almas humildes saben que su vida depende de Dios y saben qué valorar: las cosas que duran no pasan. Valoran al Señor sobre cualquier otra cosa”, explicó.
Segundo mito: La humildad no es atractiva
“La verdadera humildad es atractiva. Es la persona humilde que escucha y se preocupa por los demás en lugar de centrarse en sí misma y tratar de verse bien”, afirmó el presbítero.
Tercer mito: Las personas humildes quieren ser reconocidas como humildes
El P. Johnson explicó que querer parecer humilde es falsa humildad. El humilde simplemente quiere hacer algo porque es correcto y no porque esté buscando elogios.
“Nuestro mayor obstáculo para acercarnos a Dios es cuando confiamos más en nosotros que en Él. Cuando miramos un crucifijo, vemos a un hombre humilde y que no se trata de sí mismo. Vemos un hombre que es para los demás. Que podamos imitar esa humildad para que podamos experimentar a Dios en su plenitud”, afirmó.