El Papa Francisco destacó que “la gestión de los negocios requiere siempre de todos una conducta leal y límpida que no ceda a la corrupción”.
Así lo indicó el Santo Padre este 5 de octubre al recibir en el Aula Pablo VI del Vaticano a los dirigentes y al personal del Instituto “Cassa depositi e prestiti” en ocasión del 170º aniversario de fundación.
“En el ejercicio de las propias responsabilidades es necesario saber distinguir el bien del mal. En efecto, incluso en el campo de la economía y las finanzas, la recta intención, la transparencia y la búsqueda de buenos resultados son compatibles y no deben separarse nunca. Se trata de identificar y seguir con valentía líneas de acción respetuosas, más aún, promotoras de la persona humana y de la sociedad”, afirmó el Papa.
En esta línea, el Papa señaló que “la doctrina social de la Iglesia concuerda con una visión en la que los inversores esperan un rendimiento justo de los recursos recaudados, para luego canalizarlos a la financiación de iniciativas destinadas a la promoción social y colectiva”.
“El pensamiento cristiano no se opone por principio a la perspectiva de la ganancia, más bien se opone a la ganancia a cualquier costo, a la ganancia que olvida al hombre, que lo hace un esclavo, que lo reduce a una cosa entre otras cosas, a una variable de un proceso que no puede controlar o al que no puede oponerse de ninguna manera”, advirtió.
De este modo, el Santo Padre recordó “los retos generados en el ámbito social y económico por la grave pandemia que aún está en curso” y señaló “algunos fenómenos que tienen repercusiones muy importantes, como el declive de ciertas formas de producción, que necesitan ser renovadas o transformadas radicalmente”.
“Pensemos en los cambios que se han producido en la forma en que se compran y venden los bienes, con el peligro de concentrar el intercambio y el comercio en manos de unas pocas entidades de dimensión mundial. Y esto en detrimento de las peculiaridades de los territorios y de las competencias profesionales locales, tan típicas de la historia italiana y europea”.
Por ello, el Papa subrayó la necesidad de “gestionar día a día, con escrupulosa atención, las relaciones con los diversos casos que acuden a ustedes en busca de apoyo” porque “una institución como la suya puede dar testimonio concreto de una sensibilidad solidaria, favoreciendo el relanzamiento de la economía real como motor de desarrollo de las personas, de las familias y de la sociedad”.
Al finalizar, el Santo Padre los animó “a continuar su acción con generosidad” por lo que invocó “la asistencia del Espíritu Santo para que los acompañe y los haga constructores de justicia y paz”.
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MACHI V