UNA MUJER
MADURA
DICEN
QUE, A CIERTA EDAD LAS MUJERES NOS
HACEMOS INVISIBLES. Que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina,
que nos hacemos inexistentes para un mundo donde sólo
cabe el ímpetu de los años jóvenes.
Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy
probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora; nunca me
sentí tan protagonista de mi vida y nunca disfruté tanto de cada momento de mi
vida.
Descubrí que no soy una princesa de un cuento de hadas,
descubrí al ser humano que sencillamente soy con sus miserias y sus grandezas.
Descubrí que me puedo dar el lujo de no ser perfecta, de
estar llena de defectos, de tener debilidades de equivocarme, de hacer cosas
indebidas y de no responderles a las expectativas de los demás.
Y, a pesar de ello, quererme mucho.
Cuando me miro en el espejo ya no busco la que fui en el
pasado.
Sonrío a la que soy
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CON MUCHO AMOR MACHI V |