El Arzobispo de Nueva Orleans (Estados Unidos), Mons. Gregory Aymond, consagró el sábado un nuevo altar en la parroquia de Luisiana donde, según los informes, un sacerdote grabó un video pornográfico sobre el altar parroquial a fines de septiembre.
Además, han salido a la luz más detalles sobre el sacerdote Travis Clark, de 37 años, que se espera que enfrente cargos penales y canónicos después del episodio.
El presbítero había sido arrestado el 30 de septiembre junto a dos mujeres y acusado de obscenidad después de que lo descubrieron filmando un video pornográfico en el altar de la parroquia Sts. Peter and Paul en Pearl River, Luisiana. El sacerdote fue destituido del ministerio el 1 de octubre.
Quienes conocen a Clark dicen que era una persona reservada, mientras que un profesor del seminario dijo que era un estudiante mediocre que se esforzaba poco, lo que debió haber significado una señal de alerta.
“La profanación de esta iglesia y altar es demoníaca”, dijo Mons. Aymond el 10 de octubre, durante una Misa en la que también volvió a consagrar la parroquia.
“Déjenme ser claro, no hay excusa para lo que ocurrió aquí. Es un pecado y es totalmente inaceptable. Travis ha sido infiel a su vocación; ha violado su compromiso con el celibato; y también, estaba usando lo que era sagrado para hacer cosas demoníacas”, dijo Mons. Aymond, según el medio Clarion Herald.
El Arzobispo agregó que Clark “no podrá servir en el ministerio sacerdotal y no podrá servir como sacerdote en el futuro”. También instó a la parroquia a “continuar enfocándose en el Señor Jesús y en su misión y ministerio”.
El altar sobre el que Clark y dos mujeres participaron de un acto sexual fue reducido a cenizas por orden de Mons. Aymond. Esto se produjo tan pronto como se enteró de los detalles de la actividad de Clark, dijo un portavoz a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
Una de las mujeres con las que Clark hizo la película pornográfica se refiere a sí misma como una “Satanatrix” y la “propietaria de la Iglesia de Satanatrix”, quien publicó en las redes sociales el 29 de septiembre que viajaría con otra mujer para “profanar una casa de Dios”.
El abogado de la mujer dijo en un comunicado esta semana que es “espantoso” que sus clientes estén “siendo vilipendiadas” y enfrenten cargos por una conducta que no era ilegal, ya que la iglesia en la que tuvo lugar el rodaje estaba en una propiedad privada. Sin embargo, la Policía dijo que el altar de la iglesia era visible desde la calle, aparentemente a través de las puertas de vidrio de la entrada.
Mons. Aymond celebró la Misa en la parroquia el 3 de octubre, el fin de semana pasado, después de que Clark fue arrestado. El Arzobispo celebró la Misa en el altar profanado, dijo un portavoz arquidiocesano a CNA, “porque no sabíamos lo que había sucedido en la iglesia”.
“Tan pronto como el Arzobispo se enteró de los detalles, se hicieron arreglos para que se retirara el altar y se consagrara uno nuevo y se volviera a consagrar la iglesia”, agregó el portavoz.
La Arquidiócesis dijo que “no hubo profanación del Santísimo Sacramento” durante el episodio sexual y que “no tenemos conocimiento de que se hayan profanado otros vasos sagrados en este momento”.
Clark fue ordenado sacerdote en 2013 y fue nombrado párroco de San Pedro y San Pablo en 2019. La arquidiócesis le dijo a CNA que el sacerdote “nunca antes había sido objeto de denuncias de conducta sexual inapropiada”.
Cuando fue ordenado diácono en 2012, Clark le dijo al Clarion Herald que entre sus modelos a seguir estaba el P. Patrick Wattigny, un capellán de la escuela secundaria que admitió este mes que en 2013 abusó sexualmente de un menor y que está acusado de enviar mensajes de texto de inapropiados a un estudiante de secundaria a principios de este año.
Los sacerdotes de la Arquidiócesis de Nueva Orleans le dijeron a CNA que Clark es un tipo tranquilo con una reputación de ser reservado entre los miembros del clero. También dijeron que el apodo de Clark en el seminario era “Largo”, en referencia al melancólico mayordomo de La familia Addams en la serie televisiva.
Algunos sacerdotes dijeron que Clark era considerado amable y atento a los proyectos de la Iglesia. No obstante, algunos sabían que tenía un hábito compulsivo con los videojuegos, y que a veces se quedaba despierto toda la noche para jugar.
Los sacerdotes también le dijeron a CNA que están orando por Clark y su parroquia. Algunos especularon que el sacerdote podría haberse involucrado con las mujeres a través de una adicción a la pornografía y que no pudo comprender la escalada de las circunstancias ni pedir ayuda hasta que fue demasiado tarde, especialmente con respecto al aspecto demoníaco del video pornográfico que grabó.
Sin embargo, un sacerdote dijo que si bien muchos en el clero están sorprendidos por la acción de Clark, el sacerdote no tiene excusa por sus elecciones.
Chistopher Baglow, un teólogo que enseñó a Clark en el seminario, le dijo a CNA que cree que las fechorías de Clark apuntan a un problema con la evaluación del seminario.
En el seminario, nada sobre el comportamiento de Clark sugirió que el sacerdote haría más tarde las cosas de las que se le acusa, dijo Baglow. Pero sí recordó preocupaciones sobre el seminarista.
El teólogo recordaba a Clark por ser un estudiante que no participaba en la clase, era negligente con las asignaciones y, a menudo, parecía “pasar desapercibido”.
“Estaba claro que no lo estaba intentando y algunos lo hicieron notar. A menudo se respondía que los dones pastorales y la santidad no requieren un gran genio teológico, y algunos colegas expresaron la preocupación de que debemos evitar centrarnos demasiado en los académicos”, dijo Baglow.
Sin embargo, el teólogo dijo que su preocupación por Clark u otros estudiantes que dieron evidencia de no esforzarse, no se trataba del aspecto académico, sino de carácter.
Baglow dijo que no espera la excelencia académica de todos los estudiantes, pero cree que los seminarios deben esperar esfuerzo y evidencia de virtud en los estudiantes y en la vida del seminario.
“Tolerar la mediocridad en un hombre permite la tolerancia para otros tipos de cosas inaceptables. La mediocridad puede ser una tapadera para otros problemas, a veces problemas muy serios”, dijo Baglow.
Perdonar la “mediocridad” en la evaluación de los seminaristas, dijo el teólogo, rebaja los estándares de la Iglesia en la capacidad de los hombres que se convierten en sacerdotes. La Iglesia debe aceptar hombres para el sacerdocio que quieran ser excelentes académicamente, espiritualmente, pastoralmente y moralmente, dijo Baglow a CNA.
El teólogo dijo que, en su opinión, “el sistema no está roto, solo falta una parte”.
Instó a que los seminarios desarrollen comités de “laicos católicos bien formados e informados que sean parte de la evaluación y el discernimiento vocacional”.
Dichos comités darían recomendaciones sobre la idoneidad de los candidatos para las órdenes independientes del personal o la facultad del seminario, dando a los obispos el beneficio de la perspectiva y el juicio fuera del entorno clerical y eclesiástico”, dijo Baglow
CNA le preguntó a la Arquidiócesis de Nueva Orleans qué sanciones canónicas podría enfrentar Clark y si enfrentará la posibilidad de una laicización penal o administrativa.
“Es la intención del Arzobispo Aymond que Travis Clark nunca más practique el ministerio sacerdotal. Está en conversaciones con abogados canónicos sobre las acciones apropiadas a tomar en adelante”, dijo el portavoz arquidiocesano.
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MACHI V