Si todos hicieran esto.... otro gallo les cantaría
¡Contra la intolerancia estúpida, imaginación! y si no les gustamos,
no les hemos pedido que vengan a imponer creencias
de un radicalismo estúpido y una intolerancia absurda. ¡Ole por el taxista, que le den una medalla!
En la calle Toledo de Madrid,
una musulmana le hace pare a un taxi para un servicio.
Una vez dentro del taxi,
le pide al taxista que apague la radio
porque ella no puede oír música occidental debido a su religión.
“En la época del Profeta no había música como esa y mucho menos radio”
-dijo la viajera-.
“La música occidental es de los infieles y yo no puedo oírla”.
El taxista apaga la radio,
pero en el siguiente semáforo detiene el coche,
sale del mismo y con amabilidad abre la puerta trasera.
La mujer se sorprende y pregunta un tanto enfadada:
“¿Qué pasa? Todavía no hemos llegado a mi destino”.
“Mire, señora, en la época del Profeta no había taxis,
así que, por favor,
salga del mío y busque un camello que la transporte”
JUANITA
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