Este 14 de octubre, el cuerpo del vicario de la parroquia São Simão en Simonésia (Brasil), P. Adriano da Silva Barros, fue encontrado carbonizado y con señales de heridas que la Policía cree que podrían ser puñaladas.
El sacerdote de 36 años fue a visitar a su madre en Martins Soares, su ciudad natal, el martes 13 de octubre, y fue visto por última vez ese día cuando dejaba a su hermana en el municipio de Reduto.
Un día después, el cuerpo del sacerdote fue encontrado carbonizado en Manhumirim, con señales de heridas que, según la Policía, pueden tratarse de puñaladas.
En un comunicado, la Diócesis de Caratinga informó que la hipótesis inicial sobre la muerte del sacerdote, “que sigue en investigación por las autoridades policiales, es que fue víctima de un robo”.
El vehículo en el que se movilizaba el P. Barros no fue encontrado. Sin embargo, la Policía Federal de Carreteras indicó que el carro fue visto por Teresópolis cerca de Rio de Janeiro.
La Diócesis expresó su solidaridad a los familiares, amigos y parroquianos del P. Barros y animó a rezar “por su descanso eterno al lado del Buen Pastor, a quien sirvió con tanto amor y donación”.
Además, agradeció por el servicio del presbítero “durante estos cinco meses, desde su ordenación sacerdotal el 3 de mayo”.
“En la firme esperanza de la resurrección, agradecemos a Dios por su fecundo ministerio sacerdotal, vivido con celo y ardor”, agregó.
Este 15 de octubre se celebró la Misa de cuerpo presente en São Simão, en Simonésia. Luego, el cuerpo del P. Barros fue llevado a su tierra natal, donde se celebró la Eucaristía a las 1:00 p.m. (hora local) y se realizó el entierro.
La Diócesis de Três Lagoas también expresó su inmenso pesar por el fallecimiento del sacerdote de una forma tan trágica y resaltó que se solidariza con los familiares, el clero y el pueblo de la Parroquia de São Simão, donde “el P. Adriano dejó rastros afectuosos de bondad de Dios a través de su breve tiempo de ministerio sacerdotal”.
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