EL SEXO (2)
Primero, en Oriente ha
existido un concepto erróneo respecto a las mujeres. Segundo, en Occidente ha
prevalecido, desde la época del Cristo, la tendencia a conceptuar la vida
espiritual como monástica y conventual. Ambos conceptos encierran dos ideas
equívocas y son la raíz de la gran incomprensión y la razón de muchos males. El
hombre no es mejor que la mujer ni la mujer mejor que el hombre. Sin embargo,
millares de personas consideran a la mujer como la perfección del mal y la base
de la tentación. Pero Dios ordenó desde el principio que hombres y mujeres
tenían que satisfacer las necesidades comunes y actuar y complementarse entre
sí. Dios no ordenó que los hombres vivan en comunidad, aislados de las mujeres
o las mujeres de los hombres; estos dos grandes sistemas han conducido a los
abusos sexuales y a grandes sufrimientos.
Creer que el discípulo debe
llevar una vida de celibato y abstenerse de practicar toda función natural, es
incorrecto e indeseable. Esto puede comprobarse por el reconocimiento de dos
cosas:
Primero, si la divinidad es
verdaderamente una realidad y la expresión de la omnipotencia, de la
omnipresencia, así como de la omnisciencia, y si el hombre es esencialmente
divino, entonces no puede existir una condición donde la divinidad no tenga
supremacía. No puede haber una esfera de actividad humana en la que el hombre
no actúe en forma divina, o que las funciones no puedan ser iluminadas por la
luz de la razón pura y la inteligencia divina. No me refiero aquí a ese argumento
engañoso e hipotético que, debido a la divinidad inherente en el hombre,
considera correcto lo que las personas normales y bien orientadas consideran
erróneo. Esto puede ser sólo una excusa superficial para actuar mal. Me refiero
a las correctas relaciones sexuales dentro de los límites de las leyes tanto
espirituales como las del país.
El aspirante y el discípulo
en el Sendero y el Iniciado en el "Camino Iluminado", no tienen por
lo tanto mejor campo de entrenamiento que la relación marital correctamente
aplicada y comprendida. La disciplina rítmica de la naturaleza animal, la
ofrenda de las naturalezas emocional e instintiva al altar del sacrificio, y la
autoabnegación requerida en la vida de familia, constituyen un enorme poder de
evolución y de purificación. El celibato que se exige es de naturaleza superior
en lo que respecta a las exigencias de la naturaleza inferior y a la negativa
del hombre espiritual a dejarse dominar por la personalidad y las exigencias de
la carne. Adoptar la actitud de imponer el celibato en la preparación de la
mayoría de los discípulos, ha conducido a la prostitución y a la perversión de
las funciones y facultades otorgadas por Dios; aún donde no ha existido esta
penosa condición y donde la vida ha sido sensata, consagrada y sana, ha habido
frecuentemente indebido sufrimiento, dolor, angustia mental y disciplina, antes
de que puedan ser controlados los pensamientos y las tendencias irrefrenables.
(Putrananda) (Rafael Vásquez)
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V