Un grupo de aproximadamente 12 personas identificadas como mapuches irrumpió el viernes 6 de noviembre en una iglesia católica en Argentina, golpearon al sacerdote a cargo, tomaron un rehén, profanaron la Eucaristía e hicieron destrozos en el templo. Inicialmente los vándalos lograron huir pero la policía finalmente logró detener a cinco sujetos.
El violento ataque ocurrió en la parroquia Nuestra Señora de Luján, ubicada en la localidad de El Bolsón en el departamento de Bariloche, en la Patagonia argentina.
Los mapuches golpearon a fray Ricardo Cittadini quien está a cargo de la parroquia y tomaron de rehén a otro miembro de la congregación mientras ensuciaban y rompían imágenes sagradas, así como bancas de la iglesia.
Un ciudadano envió a @aciprensa un video en el que se aprecia como quedó una parroquia en la Patagonia argentina tras el violento ataque y profanación por parte de vándalos mapuches
https://twitter.com/i/status/1325087337475428352
En un video enviado por un fiel local a ACI Prensa se aprecia los destrozos perpetrados por los violentos. “Nos encontramos con este panorama tan triste, de anarquía. Cuadros manchados, todo el Vía Crucis. Vemos los destrozos: amontonados bancos, el sagrario abierto, el cáliz y el copón tirados, la cruz de San Damián cabeza abajo como símbolo de muerte”, relata en el video.
“Vemos a la Virgen con el manto todo manchado. Un verdadero desastre, una pena muy grande. Vemos manchado a nuestro padre seráfico Francisco. Así es como estos hermanos tratan a la Iglesia”, agrega.
Según informa la agencia AICA, el ataque se inició con dos mujeres que pidieron permiso para usar el baño de la parroquia. Una vez allí dejaron entrar al grupo de vándalos que sorprendieron y agredieron al sacerdote y a otra persona de la comunidad.
Antes de huir, los mapuches colgaron una bandera argentina manchada con pintura roja en una de las ventanas.
AICA indica que el ataque está relacionado con la orden de desalojo que dispuso el juez de garantías Martín Arroyo sobre un terreno que la agrupación autodenominada mapuche Winkul Lafken Mapu ocupó hace un tiempo en la localidad de Villa Mascardi.
El ataque se produjo horas antes de una audiencia en la ciudad de Bariloche donde la defensa del grupo mapuche se opuso al fallo. Sin embargo, la ejecución de la orden judicial se pospuso a pedido del Obispado de San Isidro, dueño del terreno, hasta que se garanticen todas las medidas de seguridad, tanto para los usurpadores como para la policía que debe realizar el desalojo.
El Obispado de Bariloche publicó un comunicado en el que lamenta lo ocurrido y se solidariza con “nuestros hermanos franciscanos y con la comunidad de fieles católicos” de la parroquia Nuestra Señora de Luján.
“Ningún tipo de violencia, ni en los reclamos ni en las respuestas a los mismos, no es nunca, ni lo será, una solución, sino un agravamiento de los conflictos existentes. La primera víctima de la violencia es la paz y la concordia entre las personas”, señala en el comunicado el Obispo de Bariloche, Mons. Juan José Chaparro, junto con el Colegio de Consultores diocesanos.
“Entendiendo el respeto que algunos miembros del pueblo mapuche piden para sí, no obstante, la Iglesia también reclama respeto y consideración por un lugar sagrado para los católicos, como es un Templo, teniendo en cuenta que el Obispo permanentemente ha escuchado y dialogado con cuantos han acudido a él”, agrega el texto.
El Obispado también resalta que “el Estado Nacional, debe asumir –impostergablemente– la responsabilidad que le corresponde, de solucionar los conflictos que surgen de los reclamos de los pueblos originarios (como los mapuches) que aparecen en muchos lugares del territorio nacional, no solo en la Patagonia”.
Al hacer esto, prosigue, se debe reconocer “en los casos que así correspondiere, los derechos legítimos, diferenciándolos de los que podrían no serlo y poniendo en movimiento inmediatamente, los mecanismos legales para que esos derechos legítimos pueden efectivamente ejercerse”.
El comunicado lamenta asimismo que “es la añeja renuencia del Estado nacional a cumplir con esta responsabilidad, la permanente promotora de los conflictos que todos los días crecen y se intensifican”.
“Ello implica, necesariamente, la implementación de la Ley 26.160. ‘Creemos en el diálogo, como constructor de puentes, que acerca de posiciones, permite el mutuo conocimiento y la compresión de las diversas posturas’”, prosigue el texto.
La ley 26160 de 2006 se refiere a la “emergencia en materia de posesión y propiedad de tierras” en relación a las comunidades indígenas.
“Desde nuestra fe suplicamos a Dios Nuestro Padre, nos inspire a todos, sentimientos de justicia y de paz”, concluye el Obispado de Bariloche.
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MACHI V