El Papa Francisco advirtió que el cristiano debe tener el corazón bien orientado, de tal modo que no ceda a la tentación de la nostalgia, que es verdaderamente “una patología espiritual”.
Así lo indicó el Santo Padre en su video mensaje enviado a los participantes de la décima edición del Festival de la Doctrina Social de la Iglesia que se realiza en Verona (Italia), del 26 al 29 de noviembre bajo el lema “Memoria del futuro”.
Tras recordar al fallecido sacerdote Adriano Vincenzi, que promovió el festival, el Papa Francisco dijo que el lema de esta edición recuerda que “para nosotros los cristianos el futuro tiene un nombre y este nombre es esperanza. La esperanza es la virtud de un corazón que no se cierra ante la oscuridad, no se cierra ante el pasado, no vive solo en el presente sino que sabe ver el mañana”.
“¿Y para nosotros los cristianos qué cosa significa el mañana? Es la vida redimida, la alegría del don del encuentro con el Amor trinitario. En este sentido, ser Iglesia significa tener la mirada y el corazón creativo y orientado escatológicamente sin ceder a la tentación de la nostalgia, que es una verdadera patología espiritual”, resaltó el Pontífice.
Francisco dijo luego que “un pensador ruso, Vjačeslav Ivanovič Ivanov, afirma que solo lo que Dios recuerda existe verdaderamente. De aquí que la razón de la dinámica de los cristianos no es la de entretenerse nostálgicamente en el pasado, sino en acceder a la memoria eterna del Padre, y esto es posible viviendo una vida de caridad”.
De ese modo, “no la nostalgia, que bloquea la creatividad y nos hace personas rígidas e ideologizadas, también en el ámbito social, político y eclesial, sino más bien la memoria, tan intrínsecamente ligada al amor y a la experiencia, es la que se convierte en una de las dimensiones más profundas de la persona humana”.
Luego de recordar la importancia de haber recibido el don de la vida eterna en el Bautismo, el Papa alentó a vivir la caridad con los demás, para que “toda nuestra vida sea de algún modo una liturgia, una anámnesis, es decir una memoria eterna de la Pascua de Cristo”.
De ese modo, resaltó, el festival de este año afirma que “vivir la memoria del futuro significa hacer que la Iglesia, el gran pueblo de Dios, pueda construir en la tierra el inicio y el germen del reino de Dios”.
Esta actitud “nos ayuda a superar la tentación de la utopía, de reducir el anuncio del Evangelio al simple horizonte sociológico o de dejarnos engañar por el ‘marketing’ de las varias teorías económicas o facciones políticas”.
“En el mundo con la fuerza de la creatividad de la vida de Dios en nosotros sabremos fascinar el corazón y la mirada de las personas al Evangelio de Jesús, ayudaremos a hacer fecundar proyectos de nueva economía inclusiva y de política capaces del amor”, concluyó el Santo Padre.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V