Tu pupila es azul y cuando ríes
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja.
Tu pupila es azul y cuando lloras
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta.
Tu pupila es azul y, si en su fondo,
como un punto de luz radia una idea
me parece en el cielo de la tarde
una perdida estrella.
Gustavo Adolfo Becquer