LAS ESTRELLAS (Me lo contó mi abuela)
Cuando era pequeño pregunté a mi abuela que eran las estrellas; ella me llevó de la mano hasta lo alto del cerro que estaba cerca de su casa y allí nos sentamos.
Señalando hacia arriba preguntó:
-¿Que ves?
-El cielo- respondí yo
-¿Y sabes lo que es el cielo?
-Pues… el cielo, es el cielo.
-No, el cielo es un espejo y eso que ves ahí arriba, es el reflejo del fueguito que tenemos en el corazón todos los que estamos en la tierra. ¿Ves éste que está aquí arriba?, ¿éste pequeñito que se esconde casi detrás de la luna?, es el reflejo del corazón de alguien que tiene miedo en decir lo que piensa y siempre se escuda en alguien para hacer y hablar. ¿Ves éste de allá?, ¿ése que aparece y desaparece? Es el reflejo de alguien que cuando te necesita viene, pero cuando tú lo buscas, nunca está.
¿Y ves éste de aquí, a la derecha que brilla mucho pero que parece hueco su color? Es el reflejo del corazón de alguien que solo se preocupa por su apariencia pero por dentro nada hay.
Y éste que pasa y se extingue, es el reflejo de alguien que piensa poco lo que hace y solo se consume.
¿Y ves éste de aquí, que brilla tanto que parece que ilumina más que ninguno y que dan ganas de estirar las manos para tocarlo, porque su luz da calor? Es el reflejo del corazón de alguien que comparte, que se alimenta de las palabras que le dan los demás, que comparte lo que recibe y que todos tienen ganas de acercarse a él. Es el reflejo de alguien muy necesario.
Así que -dijo mi abuela- cuando andes por esos mundos, porque andarás, no en vano tienes el juanete en el pie derecho de los andariegos, de vez en cuando, mira hacia arriba y trata de ver que fueguito de los de ahí arriba es el tuyo.
D/a
Mi deseo de para todos mis amigas y amigos, es que tengamos tiempo para mirar hacia arriba, o hacia los lados, incluso hacia abajo. Ratitos para reír y para llorar, para charlar o estar en silencio. Para caminar, para volar, para soñar. Tiempo para ver como anda nuestro corazón. Tiempo para los amigos y los amores.
Tiempo para ver la felicidad, que ojalá ande cerquita de todos.