A veces quiero escribir;
en el espacio de la madrugada;
pienso, en la oscuridad del azul del mar;
pienso; en la luz clara de la alborada.
No quiero; me invadan esos pensamientos,
porque mi pensar, es para tí;
son gratos, los momentos que hablamos;
son minutos, que me hacen feliz.
Esta noche perdido te escribo;
abrigado, en la soledad de mis sábanas;
echando de menos, tu cálida piel;
echándo de menos; el roce que los cuerpos claman.
Pasamos horas hablando;
te despides, con un cálido beso;
el sopor; los párpados vencen;
presente, estás en mi sueno.
Domingo Ovina