Letra: ósé Razzano - Cátulo Castillo
Yo te evoco, perdido en la vida, y enredado en los hilos del humo, frente a un grato recuerdo que fumo y a esta negra porción de café.
¡Rivadavia y Rincón!... Vieja esquina de la antigua amistad que regresa, coqueteando su gris en la mesa que está meditando en sus noches de ayer.
¡Café de los Angelitos! ¡Bar de Gabino y Cazón! Yo te alegré con mis gritos en los tiempos de Carlitos por Rivadavia y Rincón.
¿Tras de qué sueños volaron? ¿En qué estrellas andarán? Las voces que ayer llegaron y pasaron, y callaron, ¿dónde están? ¿Por qué calle volverán?
Cuando llueven las noches su frio vuelvo al mismo lugar del pasado, y de nuevo se sienta a mi lado Betinoti, templando la voz.
Y en el dulce rincón que era mío su cansancio la vida bosteza, porque nadie me llama a la mesa de ayer, porque todo es ausencia y adiós.
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