Tola y Maruja estuvieron en la toma del Capitolio gringo
Por: Tola y Maruja
Quiay berrionditos, les vamos a contar con pelos y señales por qué Tola y yo andábamos perdidas: estuvimos de noveleras en la toma del Capitolio gringo.
Resulta y sucede que el Centro Democrático nos mandó como delegadas a la marcha de Tron, y nosotras acetamos gustosas pa aprovechar y vacunanos en la USA.
Llegamos a Guásinton la noche anterior al merequetengue, en un frío el macho, y el embajador Pachito Santos nos recogió en la terminal, ya vestido pa la marcha: sin camisa, con la cara pintada y gorro de piel con cachos.
Apuren tías que vamos de una pal Capitolio porque toca amanecer allá pa que nos hagamos cerquita del eternal president —nos dijo Pachito mientras nos embutía en el carro oficial.
Pero Pacho —dijo Tola castañiando los dientes del frío—, dejanos descargar el equipaje siquiera, ole. No tías, eso va estar lleno y tenemos que coger puesto adelante porque Uribe me encargó que le dé saludes a Trump y que lo quiere mucho.
Llegamos al Monumento a Guásinton temblando del yelo tan berriondo que estaba haciendo y había ya un poconón de trumpuribistas, y Pachito nos relacionó con algunos.
Nos presentó al líder, que también estaba sin camisa, la cara pintada y gorro de piel con cachos: un lampo de hombre... Tola me mató el ojo y me secretió: Yo de este tarrao me dejo vandalizar a ojo cerrao.
En esas llegó un viejito al que le chorriaba negrumina por la cara y Pachito nos dijo: Tías, les presento al alcalde Rudy Yuliani, un ser de luz... Y nosotras pensando por dentro: ¿de Luzbel?
Mientras Pachito hablaba inglés con ellos, Tola me dijo que se estaba entiesando del frío, que necesitaba tomar algo caliente, y menos mal llegó un colombiano vendiendo canelazo.
Ya eso estaba tuquio de gente y banderas y no nos podíamos ni sentar, y pa completar, Pachito se nos perdió. Yo le dije a Tola: Ay mija, si no consigo un aguardiente me voy a congelar.
Y cuando iba arrancar a buscar algún colombiano vendiendo guaro, las piernas no me respondieron. ¡Bruta, me congelé! —pegué el grito. Yo tampoco me puedo mover —dijo Tola angustiada.
Lo que siguió fue una película de terror: sin el idioma pa pedir ayuda, con Pachito embolatao, Tola y yo nos congelamos de pies a cabeza y con los ojos abiertos.
Así amanecimos y así nos cogió el discurso de Donal, y Pachito perdido. Cuando el copetín Tron tronó: ¡Vayan, sean salvajes!, esa turba nos arrastró escalas arriba del Capitolio.
Arrastradas llegamos a la puerta del Congreso, y cuando menos pensamos estos desgraciaos, viéndonos congeladas, nos cogieron de catapultas y derribaron la puerta con nosotras.
En ese borbollón, estos vergajos nos descargaron junto a la estuata del presidente Kenyde, y uno de los revoltosos, creyendo que éramos otras estuatas, se tomó una selfis con nosotras.
Por allá columbramos a Pachito brincando encaramao en el escritorio de Nancy Pelosi y gritando no nos arrecordamos si ¡cuelguen a Pence! o Julito no me cuelgue.
En fin, rumbaron pa fuera a todos los revoltosos y Tola y yo todavía de estuatas junto a las estuatas de los Padres Fundadores, los mismos que nos ayudaron en la Independencia.
Gracias a la Virgen de Chiquinquirá el calorcito de la calefación nos derritió y pudimos salir muy orondas, como Píter bay jis jaus.
Grafitis: Afortunadamente cuando lleguen las vacunas a Colombia ya seremos menos habitantes.
Ñapa: Trump está pidiendo que lo juzgue la Comisión de Acusación del Congreso... de Colombia.
Ñapita: En el simulacro de vacuna en Medellín les inyectan moringa.
Payola: un saludo a nuestra querida sobrina María Elena...
NOTA
Para los críticos de la lengua les informo que esta columna es de humor y utilizan así las palabras con el fin de expresar su lenguaje humorístico y de causar risa como hablan algunos campesinos en Colombia... ofrecemos disculpas a los intelectuales críticos de la lengua española oki