Te llamaré ternura y encenderé la noche de miradas y manos convincentes. Te llamaré deseo y alumbraré el camino de rezos acompasados a la luna. Te llamaré jolgorio y comenzará la fiesta sumando uno más uno y que de dos. Te llamaré dulzura y almibaré tu boca de besos robados al corazón. Te llamaré presencia y vendrás con el sol a descubrirme entera para saber de vos. Te llamaré calvario y recorrerás la ruta del ahogado dolor que me acompaña. Te llamaré sonrisa y poblarás pasiones de caricias encontradas en el punto justo. Te llamaré anhelo y convertirás el hielo en calidez de abrazos junto al fuego. Te llamaré poder y nacerá la voluntad de amar más allá de muchos cielos. Te llamaré mi hombre inventándote más nombres en mi mente. Te nombraré mi rey y llevarás el cetro de haber ganado por el resto de mis días.