Cuando los apostoles preguntaron al Señor
cúal era la oración que, mejor que ninguna otra, reflejaba los
verdaderos sentimientos que deben animar nuestro dialogo con Dios,
Jesús enseño el Padrenuestro .
Una oración sencilla y , en su primera parte,
aparentemente lejana a nosotros, a nuestros problemas personales e inmediatos.
A primera vista impresiona, entre otras , la invocacion"Hagase
tu voluntad", porque parecería más lógico, tatandose de una oración,
pedir a dios que se realice nuestra voluntad, se cuplan nuestros
deseos, nuestras aspiraciónes.
¡Son innumerables ! Y muchas de ellas, casi todas distintas y tal vez opuestas a la realidad
en que nos vemos obligados a vivir.
Sin embargo, Jesús nos enseño a rezar para que se cumpla en nosotros y en los demas la voluntad de Dios.
Por lo demás , fue ésta la conmovedora y repetida súplica que brotó de su corazón en el
instante más dramatico de su vida terrena, cuando comenzo su Pasiòn : Padre, no se haga mi voluntad , sino la tuya.
La voluntad de su Padre fue la causa y la justificaciòn de su venida a este mundo y, por consiguiente , de su Encarnación .
Y es la voluntad de Dios la razón y la causa de
cuanto nos acontece y de cuanto nos sucede en el mundo.
El problema de la voluntad divina es, por tanto, el mas importante y fundamental ; es el
punto de partida forzoso para toda la investigación posterior , sobre todo en el misterioso campo del dolor, cuya racionalidad
no es inmediatamente evidente a nuestros ojos
(y nunca lo es de todo).
A todos es patente que hay muchos acontesimientos que se
originan y se desarrollan independientemente de nuestra voluntad: la
vida discurre segun leyes, cánones, direcciones que no son producto de
nuestra exclusiva voluntad.
Somos libres en nuestras decisiones( la existencia de nuestra
libertad es un dogma de fe indiscutible) , pero muchas de ellas están intimamente relacionadas con la realizacion de circunstancias que no
dependen de nosotros, que incluso se levantan en contra nuestra decida
voluntad.
Así venimos a encontrarnos sometidos , contra nuestro deseo, a
un estado de cosas siempre temido y del que tratamos de huir; debemos
adaptarnos a una condición de vida, de trabajo de ambiente que no nos
gusta.: vemos hacerse añicos los sueños y las esperanzas mas rosadas y
nos vemos arrollados a un mar de desventuras jamás imaginadas y menos
previstas.
¡cuantas ilusiones hundidas- y que prontamente ¡ en nuestra
vida.¡ Y cuan absurda y dura a llegado a parecernos la vida misma!.
(Novelo pardecini
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juanita
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