¡ AY ! ¡Ay! Quién pudiera tener tras el silencio el olvido y recordarte después. ¡Ay! Quién pudiera tener... Sentir la sangre varada en esteros del ayer y ser sangre enamorada. ¡Ay! Quién pudiera tener... Y de nuevo renacer del desierto de la nada y en ti saciarse la sed. ¡Ay! Quién pudiera tener... Y tras la quieta jornada sentir de nuevo en la piel el beso de tu mirada. ¡Ay! Quién pudiera tener...